El proceso de construcción de los racores para agua se inicia trabajando a partir de una barra de latón cortada en trozos de la medida adecuada, pasa seguidamente a la fase de moldeo en caliente definida comúnmente como forjado, que crea el producto semielaborado de partida. El material es de latón de dos clases CW 617 N o CW 614 N que combina una resistencia óptima al agrietamiento por corrosión con una buena adaptabilidad de trabajo conforme a las características químicas e higiénicas requeridas por las diversas normativas.
Los
racores para agua pueden entrar en contacto con el agua potable y, por lo tanto, deben tener una compatibilidad alimentaria óptima. En algunos estados, incluso se requiere la cobertura electrolítica de la superficie y esto permite una mayor compatibilidad para los racores para agua. Esta cobertura puede ser un niquelado químico o un cromado.
El procesamiento de los racores para agua se completa en máquinas transfer con control numérico que realizan con precisión la forma final de los racores.
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