Realizadas con tubos de cobre de pureza elevada, las resistencias eléctricas tubulares pasan la mayor parte del tiempo inmersas en agua, calentándose y enfriándose continuamente, controladas por un termostato, que puede estar montado directamente sobre ellas y que se puede encontrar en los catálogos GNALI BOCIA.
En contacto con el líquido sobre la superficie de las resistencias eléctricas tubulares, por efecto de las sustancias disueltas en agua, especialmente en caso de aguas duras o fuertemente cloradas para hacerlas potables, se crean compuestos electrólicos y se libera el gas disuelto. Mientras el gas puede ser eliminado con las válvulas purgadoras de aire automáticas, para el resto sirve una solución diferente.
Para ayudar a las
resistencias eléctricas tubulares podemos instalar un electrodo de sacrificio de magnesio que se corroerá en lugar de la resistencia aumentando sensiblemente su durabilidad. Pero la dureza del agua de la instalación es un factor importante en cuanto a la corrosión, los minerales disueltos contribuyen a la modificación de la conductibilidad del fluido.
Recordemos además que para reducir la generación de gas disuelto y por tanto del ruido, las resistencias eléctricas tubulares deben elegirse con una potencia específica por unidad de superficie no superior a 9watt/cm2.
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