Uno de los factores que reduce el rendimiento y el intercambio térmico de un circuito, además de crear ruido en su interior, es la formación de burbujas de aire o gas, que se pueden eliminar utilizando las válvulas purgadoras de aire. La formación de gas en una instalación viene determinada por diversos factores, como los materiales utilizados especialmente como sellado de las juntas o, el principal, la calidad del agua utilizada habitualmente como fluido primario del circuito, así como fluido de reposición.
Las válvulas purgadoras de aire garantizan la correcta eliminación de los gases creados por las impurezas disueltas en el fluido que, a causa del calentamiento de la caldera y de la reacción con los componentes de la instalación, producen elementos gaseosos en forma de burbujas que se mueven por el interior del circuito.
La presencia de contaminantes en el agua no tratada puede generar durante un largo período de tiempo gases como oxígeno, hidrógeno, metano, anhídrido carbónico y nitrógeno.
La posición ideal de las
válvulas purgadoras de aire es en el punto más alto del circuito o en cualquier otra posición donde se puedan generar burbujas, para permitir la expulsión automática de los gases.
Las válvulas purgadoras de aire están hechas en latón CW 617N para el cuerpo y la parte roscada de la tapa, y se pueden suministrar también con un tratamiento de niquelado, que resulta necesario en caso de tener que tratar fluidos agresivos o aguas muy duras que puedan conducir a fenómenos de pérdida de zinc del material.
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