Para que una válvula hidráulica pueda ser puesta en servicio, los ingenieros de Gnali Bocia, importante empresa del sector de los racores, deben afrontar las exigencias proyectuales de los componentes a dimensionar. Se empieza por la elección del material, que implica ya una primera selección de las características de las válvulas hidráulicas. De hecho, un material en condiciones ambientales posee una resistencia a la conformación, un módulo de Young y una deformación límite propios: todos estos índices representan el comportamiento del propio material en función de la temperatura. Otro parámetro importante es el comportamiento de dichas características referentes a las
válvulas hidráulicas con los cambios de temperatura: al aumentar la temperatura, el comportamiento del material metálico puede cambiar de frágil a elástico, aspecto a tener en consideración si se quiere proyectar correctamente una válvula. Además, la temperatura afecta a otro aspecto importante, el creep o la fluencia. Este fenómeno modifica la capacidad de resistencia de un componente al aumentar la temperatura, con lo que las válvulas pueden llegar al fallo estructural si se someten a una carga no demasiado excesiva pero a una temperatura que resulta crítica. Generalmente se habla de temperatura crítica alrededor del 40% de la temperatura de fusión, aunque puede variar en función de la carga aplicada sobre las válvulas hidráulicas.
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