Entre los racores hidráulicos, las válvulas para contadores son las más utilizadas y tienen la función de permitir el correcto transporte del flujo, líquido o gaseoso, entre la fuente de acumulación, como un depósito o una centralita de agua o gas, y el usuario final. A pesar de ser geométricamente similares entre sí, las válvulas para contadores pueden diferenciarse por los componentes y materiales, dado que las condiciones de uso tratándose de agua o gas pueden ser absolutamente diferentes. En cuanto al gas, las válvulas para contadores pueden verse sometidas a gradientes de presión mayores que si se tratara de agua.
Las
válvulas para contadores tienen en su interior una válvula de mariposa conectada con un mando externo que, mediante la manipulación de un operador, permite detener o abrir el circuito regulando el paso del fluido. Este componente también puede variar según se trate de válvulas para contadores de gas o agua. La válvula de mariposa normalmente es de acero, un material muy resistente capaz de soportar las elevadas solicitaciones, por ejemplo en caso de bloqueo de un flujo en movimiento a alta velocidad. La esfera que cierra las válvulas para contadores está diseñada en latón, una aleación de cobre zinc más ligera que el acero pero con óptimas propiedades mecánicas y anticorrosivas.
La superficie externa del material no se mecaniza para que mantenga una alta resistencia a la corrosión, aunque ya de partida el latón presenta estos requisitos.
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