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racores de latón, comprueba sus características y descarta cualquier componente que presente el más mínimo defecto, superficial o micro estructural.
El material del que están formados estos racores es el latón, una aleación metálica compuesta por cobre y zinc. La importancia del latón es debida a la combinación única de propiedades y bajo coste de fabricación, incluso inferiores a los del acero, que hacen conveniente el uso de este material para el diseño de racores.
Hay diferentes tipologías de aleaciones de latón, en función de las proporciones presente de cada elemento de aleación añadido. Generalmente la proporción de zinc en la aleación no supera nunca el 50%, ya que al aumentar el zinc se forman aleaciones con fases diferentes, es decir con micro estructuras y características profundamente discordantes entre sí: un exceso de zinc puede llevar a la formación de una fase llamada “fase gamma” que desde el punto de vista de diseño es absolutamente inconveniente.
Existen otras tipologías de latón utilizados para los racores, entre los que se encuentra el latón al plomo, llamado así por su uso en porcentajes medios del 3% de plomo. Este elemento favorece el mecanizado en las máquina herramienta, ya que el Pb se dispone a lo largo de los bordes de grano de la aleación - los bordes de la micro estructura formada – facilitando su rotura.
Otras tipologías de latón que se pueden utilizar para el diseño de racores incluyen diferentes elementos de aleación, como por ejemplo magnesio, hierro, estaño, aluminio, níquel y silicio. En cualquier elemento de aleación es importante respetar determinados porcentajes, con el fin de obtener racores con las características requeridas.
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