Las válvulas de seguridad son elementos presentes en toda instalación, justamente porque a lo largo de la vida útil de cualquier instalación se pueden producir situaciones en las que sea necesaria la evacuación repentina de un cierto volumen de fluido, para evitar el incremento excesivo de presión dentro del conducto.
Para flujos incompresibles, el principio energético en el que se basa el uso de las válvulas de seguridad se conoce como “Trinomio de Bernoulli”. Básicamente, la energía de un flujo en un conducto se compone de una contribución cinética, una de presión y una de cuota. Este trinomio debe mantenerse constante a lo largo de todo el tramo del conducto: considerando nula la componente de cuota, para simplificar el caso, al variar la componente de presión, variará también la cinética.
Es fácil deducir que, acercándose a valores próximos al cero en la componente cinética, que representa la velocidad del flujo, la componente de presión aumenta de valor para equilibrar este trinomio. Puesto que la velocidad del flujo está relacionada con el caudal en el conducto, las válvulas de seguridad tienen la función de evitar que la velocidad del flujo disminuya bajo un valor determinado que llevaría a un aumento repentino de la presión.
Las
válvulas de seguridad suelen estar dotadas de un dispositivo mecánico de muelle que se auto acciona si la presión en el conducto aumenta drásticamente. El muelle va conectado a un pistón que, bajo la acción elástica del muelle, permite la salida del exceso de caudal de agua.
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